Jueves, 15 de octubre
Ha tocado madrugar. Para las cinco y media ya estábamos en pie. Creo que ya dije que aquí se madruga mucho, pues amanece para esa hora y oscurece a las cinco y media de la tarde.
O sea que bien dormidos, pues nos acostamos temprano, afeitarme, ducharme y aún he tenido un corto tiempo para leer mientras Josune se duchaba. Hemos bajado al desayuno y a las siete en punto ha llegado el taxi que habían pedido del hotel. Si nos han dicho que el viaje costaría entre dos y tres soles, el taxista ha pedido cinco; al final Josune le ha dado cuatro. Así están los taxis en Perú; si tomas uno, más te vale saber más o menos cuánto te puede pedir, porque así le podrás discutir si intenta abusar.
Al llegar a la terminal de nuestro autobús nos hemos despedido y al poco rato, a las siete y media en punto se ha puesto en marcha el autobús.
Este se denomina “autobús turístico” porque recorre el trayecto entre Puno y Cusco con un guía y hace en este trayecto hasta cinco paradas relacionadas con aspectos históricos, artísticos etc de los sitios que visitamos, con amplias explicaciones del guía. Ya que estábamos personas castellano y angloparlantes, todas las exposiciones han sido bilingües y esto, al menos a mí, me ha resultado pesado. No obstante admito que la mayoría de las explicaciones han sido muy buenas e interesantes.
Saliendo de Puno, como he dicho, la primera parada ha sido en Pukara donde hay un pequeño museo etnográfico. El año pasado en el norte de Argentina, vimos un pukara que era una fortaleza de esa civilización; de ahí ha tomado su nombre.
La segunda ha sido en La Raya, punto más alto de nuestro recorrido con 4335m. De aquí hemos podido ver los nevados de la Cordillera Vilcanota.
Algunos kilómetros más tarde hemos parado para comer en el pueblo de Sicuani. Ha sido una comida buffete que ha estado bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario